miércoles, junio 4, 2025
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El eco de una identidad; Matías, Leo y Seth, por fin en papel

En una mañana cargada de sueños postergados y esperanza renovada, el jueves 29 de mayo, el Auditorio Municipal de Torreón se convirtió en el escenario de un profundo acto de amor propio. Allí, Seth, Leo y Matías , tres jóvenes hombres trans, dieron un paso trascendental: el cambio de género en su acta de nacimiento.

Aprovecharon una jornada del Registro Civil de Coahuila que, si bien congregó a una vasta población de torreonenses por la gratuidad de muchos de sus trámites, ofreció un descuento económico para este proceso crucial. Un trámite que ronda los 800 pesos, se ofreció a  250 pesos durante este día.

Ese jueves no fue una fecha cualquiera para Matías, Leo y Seth. Fue la oportunidad para alinear sus documentos legales con la identidad que durante años ha acompañado sus vidas.

De la mano del Colectivo Transposición, este trámite significó la culminación de una larga espera y la posibilidad de hacer coincidir, por fin, el papel con la identidad que verdaderamente les pertenece.

Sus historias se cruzaron ese día, entrelazando valentía, resiliencia y emoción en una experiencia compartida, un camino profundamente personal, que es posible gracias a la Ley de Identidad de Género de Coahuila, aprobada en noviembre de 2018. Esta normativa colocó al estado como la cuarta entidad a nivel nacional en la lucha por los derechos humanos trans, siguiendo el ejemplo del movimiento de la comunidad transgénero de la Ciudad de México en 2014 y de Nayarit y Michoacán en 2017.

Para Matías, Leo y Seth , adentrarse en el concurrido auditorio fue un antes y un después. Esa mañana, la emoción y la incredulidad de tener por fin en sus manos su documento legal identitario, fue el hilo invisible que los conectó durante toda la jornada. Para ellos, el Auditorio Municipal ya no era un recinto más, fue el inicio de una nueva etapa.

Matías, de 22 años, confesó que los nervios eran una mezcla de emociones sin precedentes. La revelación de que saldría con su acta de nacimiento ya modificada fue un chispazo de alegría en su rostro.

La verdad tengo muchos nervios, venía como que no me cayó el 20 hasta que venía manejando Entonces, sí, o sea, no son nervios de que algo vaya a salir mal, sino de como que es algo que se vive una sola vez y jamás se había vivido. Entonces, sí es como de no sé cómo sentirme al respecto, sinceramente. Supongo que es una mezcla de emoción y nerviosismo.Es que yo creí que se hacía el puro cambio en el sistema, que ya después yo tenía que ir y volver a sacar mi acta de nacimiento, pero no, te entregan ya todo así ya en físico, entonces dije, Ah, okay, Que a toda madre, ¿no?

Matías mostrando orgulloso su nueva acta de nacimiento. Foto: Kathia Torres.

Seth , también de 22 años, describió la experiencia con una intensidad que solo la profunda felicidad pudo inspirar.

Yo estoy pensando que estoy en un sueño. Desde que salí de mi casa estoy de No, esto es un sueño. Voy conduciendo, me paré, saqué las copias, llegué y de Sí, estoy soñando. Es un hermoso sueño, voy a dejar que siga. Pero ya ahorita estoy aquí sentado, ya frente al proceso estoy de Si está pasando, si está pasando, hasta me dan ganas de llorar. Se siente cada vez más real. Y genuinamente estoy feliz. Estoy feliz con esto que estoy haciendo, estoy feliz con por fin ser yo

Seth muestra orgulloso su nueva acta de nacimiento. Foto: Kathia Torres

Para Leo , de 21 años, el documento es una afirmación vital. Recordó cómo antes le era indiferente el contar o no con el acta de nacimiento que respaldara su identidad, pero ahora, con el nuevo papel se hizo una promesa.

Cuando empecé realmente no me preocupaban tanto mis papeles, realmente estaba muy desinteresado en lo que quería. Era como de que pues al fin de cuentas nada más digo toda mi vida que me llamo así, que me llamen así y pues ya, ¿no? Pero hace 1 año sí fue como de que pues si quiero ser reconocido tal cual, o sea, sí quiero que en todos mis documentos venga mi nombre porque fue hasta el año pasado que, no sé, al mostrar mi INE, al mostrar papeles, me daba como que cierto sentimiento, el hecho de no verme ahí, si no ver a otra persona.Pero ya con mi acta ya me daría más visibilidad, más valor al decir que obviamente soy trans, cuál es mi nombre, corregir mis pronombres, me daría más confianza.

Sin embargo, el camino hacia esta jornada no estuvo exento de desafíos, tanto externos como internos. Leo confesó las dificultades económicas, superadas gracias al apoyo de su madre.

Es un cambio difícil, entonces, dentro de mí de lo que era como de que el miedo de no sabía que a qué venía, no sabía cómo iba a estar. Por ejemplo, cuando venía hubieron imprevistos que no me dejaban avanzar y era como de, ¿qué voy a hacer, no? Y pues con mi familia lo que me da más confianza es que por lo menos mi mamá lo sabe. Mi abuela no, porque obviamente no me hubiera dejado asistir el día de hoy, pero pues igual no es, algo que no se pueda sobrellevar y decirle en algún punto y que lo vaya meditando. Pero más que nada, esto es un apoyo hacia mí. Agradezco tener el apoyo de mi mamá que fue quien me apoyó para tener el dinero y  ya, porque si no hubiera sido por mi mamá, la verdad es que no estuviera aquí.

Leo muestra su nueva acta de nacimiento. Foto: Kathia Torres.

Seth lidió con la presión familiar para posponer un paso que sentía urgente. Su convicción, forjada en cinco años desde que declaró ante familiares y amigos su identidad como hombre, fue más fuerte, con una sabiduría ganada a pulso.

Me decían de que, No, espérate hasta que tengas 24 y ya que tengas una madurez o lo que sea, O eran de que, No, espérate que termines la universidad para que no hagas tanto papeleo, pero no, es al revés. Y yo me sentía mal de tener que aguantarme más tiempo con un nombre y un género que no siento míos. No, no se sienten bien, no sentía correcto eso. Entonces, ya que tengo la información, ya aquí vengo, hago todo el cambio y ya por fin seré yo.

Seth durante el procedimiento de cambio de género en su acta de nacimiento. Foto: Kathia Torres

Por su parte, Matías encontró un respaldo absoluto en su círculo más cercano.

No le comenté a nadie de mi familia, sinceramente. Pero en general no he tenido problemas con mi familia respecto a esto, o sea, yo voy a llegar con mis familiares y sabes que ahí está, ya acabo de hacer este cambio, este trámite y pues la verdad solo vivo con mi mamá y mis hermanos y todos son muy buenos, me apoyan bastante y mis dos testigos, que son también mis dos amigos, también me dijeron de que no, es que ya te habías tardado y pues ya era algo que todos estábamos esperando.

Tener su identidad legalmente reconocida no es solo una cuestión de papeles, es la llave a un futuro más congruente.

Para Matías, universitario de la carrera de medicina, la urgencia de este trámite radicó en su futuro académico.

Yo soy universitario, entonces sinceramente yo no quería salir de la universidad y después de hacer el cambio, entonces tener que volver a meter de que todo el rollo, de todo el proceso para que me cambiaran mis papeles saliendo de la universidad. Entonces es más fácil ahorita, ya nada más voy y cambio de que los de primaria o los de prepa y ya es un poco menos de trabajo a futuro.

Aunque reconoció que aún enfrenta discriminación por parte de algunos docentes, su actitud y enfoque práctico de la situación le permite salir adelante priorizando su bienestar.

Yo sé que no me puedo acercar a hablar con ellos. Porque son muy cerrados y se nota desde un principio y la verdad sí me ha traído problemas dentro de la universidad que varios doctores eh pues sí hay cierta discriminación y sí me ha traído problemas de que ah, no, pues este te mando a extra o te mando a otra cosa o cosas así, o sea, como que tratan de meterte el pie. ¿Y has podido denunciarles a lo mejor dentro de tu universidad? No. La verdad no no es que no pueda, sino que no lo he intentado porque al final de cuentas son docentes que me dan clases una sola vez y Y al final de cuentas, pues termino pasándole las las materias o termino de que saliendo de ese ambiente, ajá. Pues saliendo de ese ambiente, sinceramente. Entonces, como de ya no te voy a volver a ver en mi vida, ya no me importa, sinceramente. O sea, no voy a pasar por ese desgate de meter una carta o algo así en dirección, que yo sé que a lo mejor él sí tendría el apoyo, pero sinceramente no.

Matías durante el procedimiento de cambio de género en su acta de nacimiento. Foto: Kathia Torres

Leo también había navegado las aguas de la invisibilidad en empleos anteriores, ocultando su identidad por temor a comentarios. Sin embargo, en su empleo actual, la apertura de sus jefes fue un alivio. Esta aceptación demuestra el impacto positivo que generan los entornos laborales inclusivos.

En este último trabajo sí lo dije, sí lo mencioné, más que nada mis compañeros más cercanos al principio y ya ahora que tuve que hacer mi cambio, pues ya fui de que con mi jefa y decirle de que oiga, ¿sabe qué? Pues voy a hacer un cambio, va a pasar esto y ya, o sea, fue algo que estuvimos hablando en la semana, fueron cosas que la verdad se tomaron muy bien y yo anterior a eso, te digo, no decía nada, por los mismos comentarios que había a otra persona trans y le decían algo y era como de que yo no le voy a decir nadie. Y en esta empresa no, pues es más cómodo, la verdad. En este último trabajo lo dije, y fueron cosas que la verdad se tomaron muy bien.

Aunque la burocracia post-trámite es una realidad que aún deberán enfrentar, la recompensa será mayor y Leo lo sabe.

La verdad me voy a sentir muy feliz, posiblemente llore porque soy una persona muy sentimental. Pero voy a sentirme bastante feliz y bastante orgulloso del paso que di porque fue uno muy grande. Y es uno en el que voy a estar yendo a hacer muchos trámites, posiblemente me gane el estrés porque tengo que cambiar muchas cosas. Mucha burocracia. Pero a final de cuentas voy a estar feliz siendo reconocido en todo lo que ya tiene mi nombre porque ya va a tener el nombre que de verdad es mío, el género con el que de verdad me identifico y va a ser reconfortante. Va a hacer como mi cojín de todo el estrés que va a haber en ese proceso. Pero valdrá la pena.

Leo durante el proceso de cambio de género en su acta de nacimiento. Foto: Kathia Torres.

Al cierre de esta emotiva jornada, las voces de Matías, Leo y Seth se uníeron en un mensaje de aliento para la comunidad transgénero, un llamado a la valentía de ser uno mismo.

Leo destacó la importancia de la convicción personal.

Hay que pensarlo bien, hay que saber si si de verdad queremos hacer ese cambio más que nada por la inteligencia emocional porque es sobrellevar muchos los cambios, sobrellevar muchas cosas. Es contar con personas y de dejar de contar con otras personas. Pero al final de cuenta la decisión que tomemos si está bien para nosotros está bien, aunque no esté bien para la demás gente.

Seth , con la experiencia de haber superado barreras, ofreció una guía poderosa.

Mi consejo es, aunque sea difícil, traten de no darle importancia a los comentarios negativos. Si tú sientes que esto es lo correcto y que esto te hará feliz, date. Sí va a costar, sí va a ser difícil en algunos momentos, pero lo vale. El camino correcto nunca es el más fácil, entonces, date.

Estas tres historias, que ese día forjaron su presente legal, son  testimonio viviente del poder de la autoafirmación y del impacto vital que una ley puede tener en la vida de quienes buscan simplemente ser ellos mismos.

Su experiencia contrasta marcadamente con la realidad de personas trans en estados como Tamaulipas, Durango, Aguascalientes, Querétaro, Guerrero, Chiapas y Tabasco, donde aún no existen procedimientos legales que garanticen el reconocimiento de su identidad de género.

Lo que Matías, Leo y Seth lograron en Coahuila no fue solo un trámite, sino la posibilidad de vivir plenamente quienes son, un derecho fundamental aún negado a muchas personas en México.

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