Cuando la marcha que exige el fin de la violencia contra la mujer, se convierte en escenario de violencia perpetrada contra ellas, la sororidad emerge como la clave para enfrentarla.
Ante un Estado que ha reprimido las manifestaciones feministas en Coahuila durante dos años consecutivos -primero en Torreón en el 2024, y ahora en Saltillo en 2025- trece colectivas de la región sureste y laguna se han unido con un propósito claro: no permitir que las agresiones cometidas por las corporaciones policiacas queden impunes.
La marcha ‘Si no nos escuchan, cambiemos la ruta’ del 8M en Saltillo se tornó violenta, con agresiones a manifestantes mediante gas, detenciones arbitrarias, actos de transfobia y un uso desmedido de la fuerza. Ante esta represión, colectivas feministas de la región Laguna extendieron una mano solidaria.

Colectivas como Acompañantes Laguna, Ola feminista, De Morras para Morras, UniVioletas y Red de Mujeres de la Laguna, no solo se han pronunciado al respecto en sus redes sociales, sino que han llevado a acabo una reunión con las agrupaciones de Saltillo ofreciendo apoyo y acompañamiento para definir una ruta de acción legal contra quienes resulten responsables.
Lucía Razo, abogada feminista de Red de Mujeres de la Laguna, explicó que el acercamiento surgió de la similitud entre los hechos ocurridos en la capital y la represión vivida en la región Lagunera durante el 2024.
“Claramente en Coahuila siempre hay relaciones interconectadas porque la lucha es conjunta y bien lo ha llegado a pronunciar varias compañeras, las mujeres que luchan se encuentran. De este modo justamente es que a través de lo que nos fueron compartiendo algunas compañeras que sonó de manera muy similar a lo que se vivió en el año pasado durante el 8 de marzo, fue que se tuvo este acercamiento para escucharlas, escucharnos y de alguna manera compartirnos desde la escucha y desde la habla activa y asertiva a nuestras experiencias“.
comentó Razo.

Testimonios anónimos del comité organizador de la marcha en la capital aseguran que la presencia policial fue constante a lo largo de todo el recorrido. Se identificó a mujeres policías vestidas de civil y a elementos armados que intentaron infiltrarse en el contingente. Al llegar a las afueras del Congreso del Estado, a las 6:34 pm, se lanzó desde el interior del edificio la primera descarga de gas, con el objetivo de dispersar a las manifestantes.
“uno de los lugares donde fue gaseado era en dirección de donde se encontraban los niños y por la presión del gas este alcanzó a las mamás y a los niños. Este y a los niños como les empezaron a llorar los ojos, empezaron a salir corriendo, a partir de ahí ya no paró la gaseada. O sea, la gaseada estuvo presente”.
testimonio anónimo de mujer que asistió a la marcha del 8M en Saltillo.
“Inmediatamente después del primer gaseo llegaron antimotines, todos los policías hombres se metieron por detrás del congreso, estábamos rodeadas, en el estacionamiento que está enfrente del congreso también había demasiados policías, estábamos rodeadas”.
testimonio anónimo de mujer que asistió a la marcha del 8M en Saltillo.

Cuando la agresión con gas paró, comenzaron las detenciones arbitrarias a 5 mujeres, la primera de ellas cometida por la unidad de la policía estatal 5624 hacia una mujer trans.
“Fueron alrededor de 15 policías quienes intentaron llevársela.”
compartió una mujer testigo.
“a ella la insultaron, le decían joto, le decían maricon, le estuvieron diciendo cosas muy feas en su traslado y en la comandancia y de hecho ella fue la primera en ingresar en la comandancia y fue la última en ser liberada”.
testimonio anónimo de mujer que asistió a la marcha del 8M en Saltillo.
Feministas de la Laguna, esperaban que, tras su lucha contra la represión del 2024, su experiencia sirviera de precedente para evitar la repetición de tales agresiones en Coahuila.
Sin embargo, la violencia se repitió en Saltillo, generando una ola de indignación que ha fortalecido la unión entre feministas de ambas regiones, así lo expresó Lucia Razo.
“Fue muy doloroso ver que se replicó sobre todo en la capital, porque entonces el mensaje es muy claro; las mujeres no importamos ni las ni las denuncias públicas, ni las necesidades del pueblo. El mensaje es claro, aquí en la laguna no se va a permitir una manifestación tan grande y uniones de fuerza tan masiva como lo genera el 8 de marzo y en Saltillo tampoco es la capital, entonces, creo que no solo va el mensaje hacia las mujeres, sino también hacia la ciudadanía organizada”.
El diálogo que las colectivas coahuilenses han sostenido, hoy sirve para aligerar la carga de culpabilidad que las autoridades han querido colocar sobre los hombros de las colectivas de la capital.
“Darte cuenta a través de este diálogo, de esta comunicación que no estás sola y además de que no estás sola, darte cuenta que no es tu culpa, que no es tu responsabilidad que es el Estado usando su poder”.
compartió una de las activistas saltillense.

En el corazón de la lucha feminista está la sororidad que se manifiesta no solo como señal de resistencia, sino también como un abrazo que reconforta y fortalece el cuidado mutuo de las mujeres que apuestan su tiempo, energía, habilidades y seguridad por todas.
“Nos dio mucho gusto que nos contactaran y que se nos acercaran, que de alguna manera nos apapacharan, que nos compartieran su experiencia, han estado pasando muchas cosas desde el sábado para acá y la verdad sí se siente como un abrazo cálido al corazón”.
aseguró una de las activistas saltillense.
Lucía Razo señaló que, aunque no existe una guía precisa para obtener justicia frente a la represión en Saltillo, la región Lagunera, en un gesto de solidaridad basado en experiencias compartidas, mantendrá su apoyo a las feministas de la capital.
“No vamos a soltarlas, vamos a acompañarles en este andar en el cual no están solas, la región Lagunera no les puede enseñar y mucho menos salvar, ellas se van a salvar, ellas se van a organizar y nosotras acompañaremos esa organización hasta donde lo permitan”.
Si bien la estrategia legal de las feministas de Saltillo aún está en proceso de definición, es evidente que ha surgido un movimiento más fuerte y consciente, que continúa expandiéndose en todo Coahuila.
“Yo creo que pensaron que con esto nos debilitaban pero en realidad solo nos está fortaleciendo, porque ahora estamos más unidas, estamos más fuertes y estamos mucho más conscientes de eso y la colaboración entre colectivas hace cada vez un movimiento más firme y nos permite crecer en exigencias y en las necesidades que tenemos”.
concluyó una de las mujeres activistas de Saltillo.
